Satya, es una palabra sánscrita que significa verdad u honestidad.
Es el segundo Yama, que es un código de conducta yóguico para con la sociedad en la que uno vive.
En realidad Yama junto con Niyama (código de conducta propio) son los 2 primeros pasos en el camino de Yoga.
Son más importantes que todas las posturas (ásana) o todos los ejercicios respiratorios (pranayama) o cualquier otra práctica.
Sin embargo no hay centros o escuelas de Yama y Niyama como tal.
Cuando uno se apunta a clases de yoga se le instruye en la ejecución de diferentes posiciones corporales.
Y durante mucho tiempo se queda ahí la cosa.
Nosotros los blanquitos occidentales pasamos un poco de esos códigos de conducta citados y vamos directamente al postureo.
Sí sííí…, ya sé que en muchos centros de yoga se enseñan y se mencionan, estoy bromeando.
(aunque no del todo jajaja…).
Pero bueno ¡yo he venido a hablar de mi libro…! digo… de Satya.
Satya es una invitación a que seamos sinceros y honestos con lo que Sentimos Realmente.
Es una invitación a escucharnos a nosotros mismos.
A dejar de engañarnos y empezar a decirnos la verdad.
Satya es un paso más en el camino de la expansión de consciencia que representa el Yoga.
Es darse más cuenta de uno mismo.
Con total honestidad…
OJo si se mete por medio la mente (o el ego) que no quiere cambios ni cosas nuevas o revolucionarias.
Quiere mantener el statu quo.
Los grandes rishis o sabios que canalizaron y experimentaron la gran ciencia del yoga sabían esto.
Y desde hace miles de años nos guían a través de Satya para ir más allá de nuestros condicionamientos limitativos.
Para conectar con nuestra naturaleza esencial que siempre ES verdad y honestidad.
(aunque a la mente/ego no le guste).
En la práctica de hatha yoga, en un simple ásana, tenemos la oportunidad de que Satya aparezca… o no.
Cuando te fuerzas.
Cuando no estás en tu respiración.
Cuando molesta pero no haces caso.
Cuando no estás en tu cuerpo y quieres hacer la postura como el de al lado, como el profe, etc.
Ahí Satya brilla por su ausencia…
Cuando sientes plenamente tus músculos y tus articulaciones…
Hay esfuerzo, pero sensación de bienestar…
Estás presente en tu respiración…
Consciente de sentir lo que sea que sientes…
Cuando permites que el ásana se exprese a través de ti…
Sin ambición más allá de una honesta exploración de tus posibilidades corporales…
Entonces los antiguos rishis se congratulan desde la eternidad…
Satya se une a ti.
Y tú te haces Uno con la Vida…
…Qué Satya te acompañe…
¡¡Abrazo grande!!
David.
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