Creemos que pensamos, pero sólo estamos reordenando nuestros prejuicios, o haciéndolos más refinados.

Me explico: La mente consciente que utilizamos para decidir las cosas en nuestra vida, tanto lo importante como lo superfluo representa solamente un 5% de toda nuestra mente.

El 95% restante es inconsciente, lo que significa que, sin darnos cuenta, las decisiones no las tomamos «nosotros» sino una parte nuestra que está en la sombra y que desconocemos totalmente.
Y nos hace estudiar una cosa u otra o no hacerlo, inclinarnos por esta pareja  o la otra o no tenerla, repetir eventos desgraciados, enfermar, accidentarnos, tener dinero o no, etc.

Conscientemente todos deseamos salud, dinero y amor pero, ¿porqué no lo conseguimos? ¿O nos es tan difícil? Porque el inconsciente elige por nosotros constantemente, eso sí, en nuestra ignorancia pensamos que los infortunios son mala suerte, culpa de mi mujer, de mi marido, de la suegra, del vecino, etc., pero siempre de alguien ajeno, aunque también nos culpamos a nosotros mismos, lo cual simplemente perpetúa el sufrimiento (la culpa nunca arregló nada).

La buena suerte y la mala no existen, son cuentos de hadas que invalidan nuestro poder, delegando así nuestra capacidad de actuar en una entelequia o también en algo más «elevado»: en dios, que según se haya levantado ese día, decide si a ti te irá bien o no, si serás pobre o rico, si te enamorarás o te dejarán plantado, o si te partirás una pierna o un brazo. Así no arreglamos nada…

El inconsciente alberga todos los prejuicios, todos los programas de comportamiento heredados o aprendidos, todas las creencias, y todo este cóctel nos maneja en la vida. ¡Y creemos que somos libres!
Nada más lejos de la realidad.

Dejemos a dios y a los demás en paz y tomemos conciencia de que nuestro inconsciente atrae todas y cada una de las circunstancias que experimentamos, y de que si no nos gustan poseemos el poder de cambiarlas, simplemente tomando conciencia y comprendiendo.

Sí, así de sencillo y de profundo también, si tomas plena conciencia de un programa inconsciente éste pierde su poder y entonces comienzas a ser libre de verdad. Y a disfrutar de todo en la vida, porque no lo calificas de bueno o malo. Si es bueno lo disfrutas, y si es «malo» (lo entrecomillo porque tal cosa no existe) comprendes que la vida te está ofreciendo la oportunidad de hacer consciente lo inconsciente y hacerte un poquito más libre.

Uno de los caminos que facilitan la toma de conciencia es la relajación. Aunque entendiendo que aparte de una práctica es un estado, un estado de plena presencia y consciencia. De modo que la relajación puede estar presente mientras desarrollas una actividad muy intensa, porque es en realidad un actitud.

Nuestro retiro «Relajación, El Arte de Liberar la Mente» es un campo de experimentación espléndido para poner en práctica estos conceptos y entrenar la mente para nuevos paradigmas.

Experimenta el yoga en toda su dimensión.

David García Avila, director de Yoga Art Studio