Explorando los aspectos físico, mental y espiritual en la práctica de Yoga.

En esta ocasión el otoño nos convoca en Becerril de la Sierra para disfrutar de un retiro íntimo (máximo 14 participantes) con una propuesta sencilla pero desafiante: encontrarte a ti mismo a través de la práctica.

Con David García, codirector de Yoga Art Studio.

Dos días con sesiones completas de mañana y tarde de asanas, pranayama, meditación y relajación. Instrucciones sencillas para prácticas desafiantes. Vamos a crear el espacio adecuado para encontrarte muy profundamente contigo mismo, he ahí el desafío.

Veremos de manera práctica entre otros estos temas:

  • Explorar el cuerpo vs dominarlo.
  • Expandir la respiración vs controlarla.
  • Contemplar la mente vs dominarla.
  • Vivir las emociones vs controlarlas.

El objetivo no es sólo desarrollar sesiones completas y disfrutarlas, que también, sino entender los movimientos y experiencias que acontecen en las esferas mental, emocional incluso espiritual durante la práctica.

También estudiaremos qué es hacer bien una postura,…

¿El alineamiento?  ¿Ejecutarla tal y como la describe el profesor?  ¿Hacerla calcada a como aparece en el libro? ¿Tener plena conciencia del cuerpo en ella?  ¿Mantener controlada la respiración? ¿Todo lo anterior?

¿Qué es realmente..?

Observar y hacernos plenamente conscientes de la manera en que afrontamos los retos, las posturas que ya conocemos, las que nos resultan difíciles, los prejuicios y las pretensiones, que aparecen a veces sutilmente, es sumamente interesante para que nuestra práctica de Yoga pase, si así lo decidimos, a un siguiente nivel. Un nivel donde no existe lucha, no hay objetivos, no hay nada que conseguir y entonces se abandona el «hacer» las posturas y se pasa simplemente a permitirlas en uno mismo.

La práctica se convierte en un «no hacer» y se transforma sencillamente en un abrirse a la experiencia en la que el Yoga se expresa a través de uno mismo en forma de Paz.

El Yoga ha de ser un disfrute, es el cuerpo expresando sus capacidades de manera natural y aquí vamos a explorar cómo disfrutar sea cual sea tu nivel. Y si ya disfrutas practicando, ¡ven a compartirlo con los demás!

Son bienvenidos practicantes de todos los niveles, si bien lo entenderán y aprovecharán mejor los más experimentados.

AQUÍ TENÉIS UNA CLASE DE DAVID PARA L@S QUE NO LE CONOZCÁIS:

 

Aquí te detallo el espíritu que vamos a desarrollar durante el Retiro:

Tanto en el Hatha Yoga como en el Raya Yoga existen varios niveles de consciencia a través de los cuales experimentamos las distintas prácticas que realizamos. Por ejemplo, una persona que lleve un cierto tiempo practicando Hatha conocerá las directrices técnicas de unas cuantas posturas y las ejecutará de forma correcta.

Si se inclina por la rama del Raya Yoga conocerá diferentes posiciones de meditación y habrá logrado cierta quietud y tranquilidad corporal. Podríamos decir, que ha desarrollado una determinada «consciencia corporal», es decir, se da más cuenta de su cuerpo y es capaz de sentir lo que sucede en sus músculos y articulaciones. Reconoce las relaciones entre diferentes partes del cuerpo como la pelvis y el tórax, las muñecas y los hombros, éstos y las orejas, así mismo es más consciente de su columna vertebral.

Si se continúa profundizando aparecerá una forma de sentir más sutil, una manera distinta de darnos más cuenta de lo que sucede en nuestro interior. Esta sensibilidad ocurre, cuando vamos tomando consciencia de nuestra parte física más etérea: la respiración. Cuando la permitimos fluir libre y espontáneamente, cuando solamente la observamos sin ejercer ningún control, ninguna restricción; es entonces que se genera, definitivamente, una experiencia muy distinta a la descrita en el apartado anterior. La mente se enfoca de forma natural, se calma, se refresca y al mismo tiempo aumenta la sensibilidad hacia el cuerpo físico. En este estado la mente ya no está centrada en la colocación correcta de las diferentes partes del cuerpo, sino que se enfoca en la experiencia respiratoria, y lo demás gira en torno a ella.

Por supuesto que no se desatiende la esfera corporal, pero un gran porcentaje de la mente está atendiendo a la percepción del fenómeno respiratorio. Podríamos decir que es un estado de «consciencia de la respiración» o, como a mí me gusta más llamarlo, de «liberación de la respiración». A medida que está consciencia se asienta y estabiliza en nosotros, aflora lo que podríamos denominar «consciencia espiritual». Esta a mi entender se experimenta cuando desaparece todo esfuerzo, toda lucha y todo objetivo.

Ya no necesitas ejecutar una asana de una determinada manera, ya no necesitas hacer «no sé cuántas» rondas de pranayama, y lo mejor de todo: ya no necesitas la calma ni la paz mental. No necesitas alcanzar ningún estado de consciencia especial, ni siquiera este que estamos describiendo.

La Presencia te ha invadido, o, mejor dicho, tú lo has permitido. De modo que no hay nada que conseguir porque en este momento, en el presente, lo tienes Todo,…no falta nada y no sobra nada,… La ambición, que afloraba a menudo en los primeros estadíos de la práctica,…simplemente se esfumó. La lucha o el forcejeo con el propio cuerpo,…se desvaneció. El juicio a nosotros mismos, la comparación con los demás, las valoraciones propias o ajenas se tornaron un juego de niños. La búsqueda, incluso persecución a veces, de relajación y paz mental perdió todo sentido.

Todo esto no sucedió porque se encontrasen soluciones a todas estas cuestiones o problemáticas, de hecho, nunca se solucionaron, lo que ocurrió fue que sencillamente desaparecieron, se evaporaron. Imbuido en la sensibilidad espiritual simplemente eres consciente de lo que sientes, lo asumes y lo integras independientemente de lo que estés experimentando. De modo que puedes sentir envidia o frustración al acometer un asana pero eso no supondrá ningún problema porque te abrirás a eso que sientes en ese momento y lo harás tuyo, lo observarás, lo permitirás y darás gracias por haber visto ese tu rincón, que todavía cree que alguien puede ser mejor o peor que otro.

Si sucede un dolor en el cuerpo no será algo contra lo que luchar o algo que eliminar rápidamente de mi experiencia, no lo evitaremos, sino que será algo que sentir plenamente permitiendo que se exprese sin restricciones en nuestra conciencia.

¿Dónde quedan entonces los conceptos de «controlar la respiración» o «dominar una postura»? ¿realmente genera paz eso de «controlar la mente y las emociones»? Finalmente, la práctica de Yoga se convierte en un explorar y sentir, no hay postura que «no se pueda». Todo se puede explorar sintiendo lo que sentimos en cada momento y permitir que eso nos lleve al centro de nuestro corazón.

No existen, según este razonamiento, personas malas ni experiencias malas porque forman parte de nuestra consciencia y nos llevan a sentir algo sumamente útil: nosotros mismos.

En este retiro «YOGA, MENTE Y CONSCIENCIA» tendremos oportunidad de zambullirnos en prácticas de yoga y meditación a veces sencillas y a veces desafiantes para explorar, respirar y sentir.

Un placer recibiros,

David García Ávila

Alojamiento: al pie de un bosque de pinos, un amplio y cuidado espacio, con habitaciones individuales para todos con baño incluido.

Alimentación: Sana para la mente y el cuerpo y por tanto exenta de sufrimiento animal. Platos exquisitos y originales cocinados con amor por Veva Conde, experta cocinera y yoguini comprometida.

Precio Todo Incluido: 197€ inscripciones antes del 31 octubre, 227 después.

Para reservar tu plaza haz un depósito (no reembolsable ) de 100€ a David García ING DIRECT Nº ES 17 1465 0100 91 1707449208 y mándanos un email: info@yogaartstudio.com o  645 58 43 95. El resto puedes abonarlo en efectivo durante el retiro. Cómo llegar:c/ La Cueva nº 3, 28490 Becerril de la Sierra. Sale del intercambiador de Moncloa, Madrid, el bus 691 (parada de la Av. Calvo Sotelo, 4). Solemos compartir coches. Necesitas?

Qué traer: Esterilla de yoga, 1 manta de 90cm, cojín, chal de meditación, deportivas de paseo, cuaderno de notas. Llegada: sábado 8,30h. Salida domingo 19h. La primera clase será de 9-11h.

 

David García con 21 años de práctica ininterrumpida y una larga experiencia pedagógica: «Mis clases mezclan la profundidad de la conciencia meditativa con la intensidad y capacidad que puede llegar a expresar el cuerpo humano cuando se le permite hacerlo con naturalidad y sin ambición. Además, las prácticas de meditación que propongo acercan este arte, a veces complejo o malentendido, a cualquier alumno, de tal manera que se hace fácil saborear las delicias de esa quietud, de esa tranquilidad física y mental que sólo se siente aplicando correctamente las técnicas de atención-concentración.» “Sólo hay una manera de practicar Yoga: disfrutando.”

David García Ávila Mi biografía yóguica

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